-¿Se puede?- Pregunté abriendo la puerta.
La profesora Rogelia se bajó las gafas para observarnos mejor. Valla, esto parece una frase del cuento de Caperucita Roja.
-¿De dónde venís?- Preguntó con esa voz rancia de vieja pasada y amargada.
Hoy, como siempre, iba vestida con ropa del siglo pasado y como no, su pelo naranja zanahoria pocha estaba recogido en asqueroso moño flácido adornado por una pinza que seguramente la ha comprado en el chino del barrio.
Rogelia es pequeña y casi anorexica, con dos bolas en los extremos de los labios. No quiero pensar de que modo se le pusieron así. Es repulsivo.
Bajo los ojos tenia unas bolsas mas grandes que las del supermercado del centro, ese que se compra al por mayor y que te dan las bolsas enormes que casi cabe un armario entero.
La mujer no tuvo que ser muy guapa en sus tiempos mozos.
-Estábamos guiando al chico nuevo...- Dejé sitio para que pudiese ver bien a Luke.
-Ah si, ya me lo han mencionado en la administración.
Rogelia y su vocabulario del siglo pasado. Me daban ganas de soltarla: ¡Se dice DIRECCIÓN, SEÑORA, DIRECCIÓN! Pero como soy una chica educada, dentro de lo que cabe, mantuve mi boca calladita.
-¿Podemos pasar o no?- Dijo Bell cansada de tanto esperar en la puerta.
Rogelia asintió y todos fuimos a nuestro sitio menos Luke que no sabia donde ponerse.
-Perdone... ¿me puede decir sus apellidos y su nombre?
-Erm... si, soy Luke Worral...- Luke parecía tímido... o asqueado. Me decanto por la segunda.
Rogelia volvió a asentir. Mujer de pocas palabras.
Le hice un gesto a Luke para que se sentase en la mesa que había detrás de nosotras.
Luke me guiñó un ojo y se sentó detrás.
-Bien... antes de que la señorita Allyson y la señorita Timbell interrumpieran la clase, estábamos viendo el nuevo vocabulario de la lección.- Se giró hacia la pizarra y empezó a escribir palabras nuevas.
Todo el mundo se volvio para hablar con sus compañeros de mesa y de pronto, como el que no quiere la cosa, se oyó un estruendo que hizo que todos nos girasemos para ver de donde procedia.
Me giré lo mas rapido que pude y vi que el idiota de turno estaba en el suelo con la mesa y silla tiradas.
La clase entera estayó en una carcajada bien ruidosa.
Todos menos la profesora nos estabamos desorinando.
-¿Estás bien?- Dijo Rogelia sin que le importase lo mas minimo.
-Si, si...- Vale, en serio, la caida va a ser recordada hasta el final de sus dias.
-¡¿QUEREIS CALLAROS YA?! ¡NIÑOS DEL DEMONIO!
-Me giré y metí la cabeza en mi libro y finjí que escribia algo. A Bell aún se le escapaba alguna risilla.
Me fijé en un dibujo que se parecía muchisimo a Bell y escribí con mi pluma encima de él su nombre.
Bell me miró con cara asesina y pasó el dedo por las letras emborronando las letras de la explicación de al lado.
-¡¿PERO TÚ ERES TONTA?! Tronca, es mi libro. ¿Ahora como voy a leer lo que ponia al lado? Tía, es mi libro. Escribo lo que me da la gana, joder.
Pasé la manga por el borrón intentando limpiar algo pero solo lo empeoré aun mas.
Ella pasó de mi y se sacó un manga. Al rato se rió de algo que, sinceramente, seguro que no era gracioso.
Miré las ilustraciones. No, no era gracioso. Yo no me rio si veo que un tio esta con un shinigami con una libreta. Punto, no hay más.
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Ya está, otro capitulo mas e_e
El manga del que hablo es de Death Note y obviamente en las ilustraciones salian Light con la Death Note y Ryuk xD
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA êwê
jueves, 1 de marzo de 2012
domingo, 26 de febrero de 2012
Cap 10
Como todos los días, en la puerta del instituto, estaban los idiotas de turno. Esos que se ponen a fumar para parecer mas mayores de lo que son porque, al fin y al cabo, son unos creidos.
En la entrada del instituto siempre me esperaba una chica de la clase de al lado. Se llama Timbell.
Era muy alta, pelo negro, ojos azules. Y me pregunto yo como no tiene novio... En fín. Hay cosas que el mundo no puede explicar.
-¡Allyson!- Me llamó desde lo lejos. Le hice un gesto con la mano.
Cuando ya estuve cerca, nos dimos nuestro saludo especial de manos. Me caia demasiado bien esta chica.
-¿Qué tal, Bell? Te veo hoy distinta... oh si, llevas jersey blanco.- Dije sorprendida. Timbell odia el blanco. Tenedlo presente.
-Si, eh. Consegui ponerme algo blanco, no porque yo quiera. A mi madre no se le ocurre otra cosa que lavarme todo lo negro de mi armario. Ha puesto tres lavadoras, ¡tres! aunque una lavadora era de su ropa y dos de ellas eran de la mia. Me siento importante.- Bell hizo un gesto como de una gran dama de esas del siglo pasado, o del otro.
-Anda, deja de hacer el payaso.- Le dije entrando a la sala principal del instituto.
-Tranquila, no hago el trabajo de otras.- Bell se empezó a reir por su comentario ligeramente gracioso. Me giré y la mire con una cara de rancia que no podia con ella. Si las miradas matasen... me la cargaría.
-Vamos, si se que te gusta.
En ese momento un chico moreno, bastante atractivo, nos detuvo.
-Perdonad, ¿sabeis donde esta la clase de Español? Soy nuevo y todavia no me han enseñado el instituto.- Me fijé en sus ojos, de un negro azabache.
Bell se quedó anonadada. A esta chica le impresionan todos los tios, no tiene remedio. Iba a hablar pero Bell me cortó.
-Unete con nosotras, tambien tenemos Español.- Bell le cogió del brazo y se lo llevó hacia clase. El miró hacia atras pidiendo ayuda con la mirada. Que mala impresión se ha llevado el pobre de Bell.
-Bell, por dios, ¡deja al chico respirar!-Me giré hacia el chico.- Yo soy Allyson, pero todos me llaman Ally.
-Oh, encantado. Yo soy Luke.
-¿Y a mi nadie me presenta?- Se quejó Bell.
-Tu tienes boquita, guapa.- La solté.
-Vale... pues eso, soy Timbell pero todos me llaman Bell.
-Bell... eso es "campana" en español, ¿verdad?- Dijo Luke en un perfecto español.
-Si... bueno seria mas bien "campanilla" como la hadita odiosa de Disney.
Vale, eso ha sonado demasiado infantil. El timbre sonó y una estampida de tardones se nos echó encima.
-Buen dia para empezar...- Dijo Luke dolorido tras un fuerte empujon.
-Ya te acostumbraras. Lo malo de este instituto son las clases sociales. Ya te adjudicaran en una en cuanto te vean.- Le expliqué mientras andabamos con paso ligero hacia la clase.
-¿En qué clase te han puesto a ti?- Me preguntó interesado. Seguro que si se lo digo se rie de mi. Como todos.
-Pues... en el penultimo mas bajo de todos.
-¿Por qué? No se... yo te pondria en el medio.
-Ah bueno... para ellos, todas las personas que tienen diferentes gustos nos llaman raritos. Y ya no hablemos de la música. Casi todos escuchan hardstyle de ese rancio.- Espero que nadie se ofenda con este comentario.
-A mi tampoco me gusta ese tipo de musica... soy mas de rock.- Dijo riendose.
Llegamos a la puerta de la clase, que estaba cerrada.
-¿Quién se atreve a abrir?- Dijo Bell.
-Vamos Bell, solo tienes que llamar, esperar respuesta, entrar y decir "¿se puede? y esperar a que Rogelia diga que si. Facil y sencillo.- Le di un empujoncito.
-Que no, que ya me echó la bronca a mi el otro dia.- Bell retrocedió.- Llama tú, Ally. A ti te tiene en un pedestal.
Resoplé y me prepare para llamar. Dios mio...
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POR FIN, SEÑORAS Y SEÑORES AQUI TENEIS EL CAPITULO 10
Como no os guste os mato D:
Kalise para todos.
En la entrada del instituto siempre me esperaba una chica de la clase de al lado. Se llama Timbell.
Era muy alta, pelo negro, ojos azules. Y me pregunto yo como no tiene novio... En fín. Hay cosas que el mundo no puede explicar.
-¡Allyson!- Me llamó desde lo lejos. Le hice un gesto con la mano.
Cuando ya estuve cerca, nos dimos nuestro saludo especial de manos. Me caia demasiado bien esta chica.
-¿Qué tal, Bell? Te veo hoy distinta... oh si, llevas jersey blanco.- Dije sorprendida. Timbell odia el blanco. Tenedlo presente.
-Si, eh. Consegui ponerme algo blanco, no porque yo quiera. A mi madre no se le ocurre otra cosa que lavarme todo lo negro de mi armario. Ha puesto tres lavadoras, ¡tres! aunque una lavadora era de su ropa y dos de ellas eran de la mia. Me siento importante.- Bell hizo un gesto como de una gran dama de esas del siglo pasado, o del otro.
-Anda, deja de hacer el payaso.- Le dije entrando a la sala principal del instituto.
-Tranquila, no hago el trabajo de otras.- Bell se empezó a reir por su comentario ligeramente gracioso. Me giré y la mire con una cara de rancia que no podia con ella. Si las miradas matasen... me la cargaría.
-Vamos, si se que te gusta.
En ese momento un chico moreno, bastante atractivo, nos detuvo.
-Perdonad, ¿sabeis donde esta la clase de Español? Soy nuevo y todavia no me han enseñado el instituto.- Me fijé en sus ojos, de un negro azabache.
Bell se quedó anonadada. A esta chica le impresionan todos los tios, no tiene remedio. Iba a hablar pero Bell me cortó.
-Unete con nosotras, tambien tenemos Español.- Bell le cogió del brazo y se lo llevó hacia clase. El miró hacia atras pidiendo ayuda con la mirada. Que mala impresión se ha llevado el pobre de Bell.
-Bell, por dios, ¡deja al chico respirar!-Me giré hacia el chico.- Yo soy Allyson, pero todos me llaman Ally.
-Oh, encantado. Yo soy Luke.
-¿Y a mi nadie me presenta?- Se quejó Bell.
-Tu tienes boquita, guapa.- La solté.
-Vale... pues eso, soy Timbell pero todos me llaman Bell.
-Bell... eso es "campana" en español, ¿verdad?- Dijo Luke en un perfecto español.
-Si... bueno seria mas bien "campanilla" como la hadita odiosa de Disney.
Vale, eso ha sonado demasiado infantil. El timbre sonó y una estampida de tardones se nos echó encima.
-Buen dia para empezar...- Dijo Luke dolorido tras un fuerte empujon.
-Ya te acostumbraras. Lo malo de este instituto son las clases sociales. Ya te adjudicaran en una en cuanto te vean.- Le expliqué mientras andabamos con paso ligero hacia la clase.
-¿En qué clase te han puesto a ti?- Me preguntó interesado. Seguro que si se lo digo se rie de mi. Como todos.
-Pues... en el penultimo mas bajo de todos.
-¿Por qué? No se... yo te pondria en el medio.
-Ah bueno... para ellos, todas las personas que tienen diferentes gustos nos llaman raritos. Y ya no hablemos de la música. Casi todos escuchan hardstyle de ese rancio.- Espero que nadie se ofenda con este comentario.
-A mi tampoco me gusta ese tipo de musica... soy mas de rock.- Dijo riendose.
Llegamos a la puerta de la clase, que estaba cerrada.
-¿Quién se atreve a abrir?- Dijo Bell.
-Vamos Bell, solo tienes que llamar, esperar respuesta, entrar y decir "¿se puede? y esperar a que Rogelia diga que si. Facil y sencillo.- Le di un empujoncito.
-Que no, que ya me echó la bronca a mi el otro dia.- Bell retrocedió.- Llama tú, Ally. A ti te tiene en un pedestal.
Resoplé y me prepare para llamar. Dios mio...
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POR FIN, SEÑORAS Y SEÑORES AQUI TENEIS EL CAPITULO 10
Como no os guste os mato D:
Kalise para todos.
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