Cap 4.

Fue raro ver ayer a Kate asi.... Apenas hablaba. No se si habia pasado algo con sus padres, como siempre. Encendi el reproductor y la primera cancion que salio fue Teenagers, lo que me hizo pensar si ir o no donde decia la nota que me dio Mike.
Kate iria, pero yo no soy ella. Me cuesta muchisimo lanzarme.
Mire el relog, solo eran las diez y media de la mañana. No creo que Kate estuviese despierta a esas horas.
Me conecte a Twitter, y la puse una mencion:
@KateSaveYourself Estas por aqui?
Espere unos tres minutos y me respondió a la mención:
@AllyHappyFace Si, aqui estoy.
-Que mencion mas seca.- Me dije a mi misma analizando cada una de las letras que Kate habia puesto.
@KateSaveYourself Mejor te llamo al movil.
A lo que ella, despues de unos largos 2 minutos contesto:
@AllyHappyFace Vale.
Cogi el movil de la mesita de noche y la llame. Contesto al primer pitido.
K: Dime.
A: No se que hacer.
K: De que?
A: De lo de Mike y la nota esa. Tu irias?
K: Pues claro que si, ya te lo dije ayer.
A: Y si es un pederasta?
K: Quieres que te acompañe?
A: Pues si.... Me gustaria pero, te dejan venir aqui?
K: Por supuesto, mis padres no vuelven a casa hasta mañana por la noche asi que estoy ayi en una hora. Donde me esperas?
A: Kate.... Son las diez de la mañana, la nota decia que tenia que estar en la parada 3 a las seis de la tarde. Puedes coger el autobus que llega a las seis de la tarde.
K: Espera que llaman a la puerta.
Oi como Kate dejaba el movil en la mesa y abria la puerta.
Al rato volvio.
K: Joder, mis padres han enviado a mis tios para controlarme. Olvidate ya de lo de esta tarde.
A: No me jodas! Joder Kate, no los puedes convencer?
K: Que va... Ya sabes como son mis tios. Peores que la guardia civil en un control de alcoholemia.
A: Ya... Bueno, ire yo sola. Me armare de valor.
K: A si me gusta. Tia te tengo que dejar, voy a ayudar a mis tios a subir las maletas. A las cinco te llamo.
A: Ok. Bye Weilan.
K: Bye Weilan.
Y colgamos. Kate y yo nos llamamos Weilan por unos libros que nos encantan. Wayland seria en realidad bien escrito. Pero, volviendo a la realidad, yo tenia todavia esa duda existencial de si ir o no. Y obviamente no se lo pensaba decir a mi madre. Ni en broma.
Baje las escaleras como un espectro, y me fui directa hacia la caja de Conde Chocula, mis cereales favoritos desde que era un renacuajo, que me esperaba en la mesa junto con mi tazón de leche, ya fria.